Teresa Ribera: “No queremos escalar el conflicto con EE.UU. pero tampoco ser ingenuos”

La española Teresa Ribera (Madrid, 1969), vicepresidenta ejecutiva y comisaria para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, se convirtió en la número dos de Ursula von der Leyen con el encargo de defender la agenda verde europea y de ser firme en la complicada política de competencia en tiempos convulsos con la Administración de Donald Trump. Recibe a La Vanguardia en su despacho de la Comisión en plena aceleración de las negociaciones comerciales con Washington.
Lleva más de cinco meses en el cargo. Menudos cinco meses...
El mundo al que nos enfrentamos hoy no tiene nada que ver con el que hubiéramos imaginado hace relativamente poco tiempo. En todos estos meses hemos visto hasta qué punto es importante defender el valor de Europa en un mundo tan desafiante, en el que hay quien cuestiona el multilateralismo. Vemos cómo hay distintos actores que utilizan la energía o el comercio como armas de guerra económica muy importantes, no solamente las armas de guerra tradicionales, que desgraciadamente también nos están llamando a la puerta. Así que sí, estoy aquí en un momento particularmente desafiante, pero con el orgullo de saber que es un proyecto por el que merece la pena trabajar intensamente.
La llegada de Trump Nadie imaginaba la volatilidad con la que Estados Unidos cambia de opinión”Sabíamos que venían curvas cuando eligieron a Trump. ¿Estaba Europa realmente preparada para lo que ha llegado?
Nadie imaginaba dos constantes que hemos visto en estos meses. Una es el desafío permanente al orden mundial, al orden liberal, que tantas décadas de trabajo ha costado construir y en cuyo origen estaba el propio EE.UU. Y otra, la volatilidad con la que se cambia de opinión con respecto a cómo se relaciona con el resto. Lo que hemos visto en la famosa pizarra de las tarifas, los recortes abruptos y masivos del presupuesto público, la creación de un departamento para hacer desaparecer el de educación o la desaparición de todos los programas de cooperación al desarrollo Usaid, con los países más necesitados desgraciadamente, juega en contra de la estabilidad mundial, pero también del progreso en EE.UU. y su capacidad de influencia. Y eso pone en primera línea el papel que puede desempeñar la UE.
El vacío de Estados Unidos “Europa se coloca en la primera línea del frente para mantener un mundo pacífico”¿Cuál es?
Evidentemente no puede sustituir todo lo que deja vacío EE.UU., pero sí nos coloca en primera línea del frente la responsabilidad de mantener un mundo pacífico sobre la base de la cooperación, establecer o fortalecer las otras relaciones políticas, económicas, comerciales con el resto del mundo e intentar que podamos contar con los que han sido siempre nuestros socios, EE.UU., lo antes posible.
¿Hay avances en las negociaciones comerciales? ¿Qué está dispuesta a ofrecer Europa?
Lo que estamos viendo no es una identificación correcta de los problemas. Seguro que el comercio global tiene aspectos mejorables, pero la solución es ponernos alrededor de la mesa a ver cuáles son y si hay desajustes en la manera en la que se producen esos flujos de bienes y servicios que puedan poner en riesgo los patrones de sostenibilidad ambiental, social o un subsidio que en un determinado momento pueda hacer que se produzcan distorsiones en la industria de los países donde se reciben esos bienes. Me parece perfecto corregir la imprevisibilidad en el suministro de las materias. Lo que no se puede hacer es decir que la forma de resolver los problemas de la demanda interna o de la industria de EE.UU. dependa de poner una tarifa de un 50% a Lesotho, uno de los países menos desarrollados del mundo y en el que la inmensa mayoría de su población trabajadora trabaja en la producción de denim, que es básica para la fabricación de vaqueros en EE.UU. No me parece que los términos en los que ha establecido el presidente Donald Trump su relación con los demás sean los de una negociación equilibrada y que ni siquiera identifiquen correctamente dónde pueden estar los problemas. Afortunadamente EE.UU. representa alrededor del 13% del comercio mundial.
Guerra comercial “Lo que estamos viendo no es una identificación correcta de los problemas”¿Y el resto?
Hay un 87% del resto del mundo, que seguiremos hablando y viendo qué es lo que ocurre. La relación con EE.UU. y la UE es muy importante. No tenemos ningún interés en escalar conflictos, pero tampoco hay que ser ingenuos ni vamos a quedarnos de brazos cruzados a la espera de que nos impongan unas condiciones desventajosas para nuestra industria. Dos no se pelean si uno no quiere, pero si uno quiere, el otro tiene que estar preparado para defenderse.
¿El camino para resolver el conflicto es el visto en China y el Reino Unido?
El único acuerdo que está cerrado es con el Reino Unido. Con China no hay cerrado nada, pero sí hemos visto una desescalada. Eso ha sido enormemente apreciado por los mercados. Vemos como el bono americano a medio plazo, en un determinado momento, empezó a perder fortaleza, como el dólar empezó a perder fortaleza y como, sin embargo, lo ganaba el peso mexicano u otros mercados. El espacio que se abandona es ocupado por otros, ya sea en términos políticos, que puede ser la UE, puede ser China o pueden ser terceros, ya sea desde el punto de vista económico. Probablemente también se toma nota del impacto económico que tiene para la sociedad americana y para los inversores americanos, que acaba siendo un incentivo muy potente para replantear sus medidas.
Tregua con China “El impacto sobre la sociedad americana es un incentivo para replantear medidas”Nos estamos preparando con una posible lista de aranceles sobre bienes, pero ¿se atacarán también los servicios?
Es una de las grandes paradojas. El equipo de la Casa Blanca ha tomado como referencia los desequilibrios en la balanza comercial de bienes, donde hay una posición ligeramente ventajosa para la UE, que produce bienes que son competitivos y de calidad, que entran en el mercado americano. Si se hace ese mismo análisis en relación con la balanza comercial vinculada a servicios, las cosas cambian. Nosotros somos más consumidores de servicios procedentes de EE.UU. que ellos de servicios procedentes de la UE. Eso tiene mucho que ver con el éxito de la economía digital, en el que las compañías americanas están muy bien posicionadas, tiene que ver con los servicios energéticos y tiene que ver con los servicios financieros. Creo que es un error tomar ese tipo de referencias al imponer barreras al libre comercio.
Está prevista una cumbre UE-China. ¿Temen una avalancha de productos chinos después de la crisis de las aranceles? ¿Europa debe acercarse a Pekín?
Cuando uno aspira a consolidar relaciones de paz, cooperación y mejorar la calidad de vida hay que hablar con todo el mundo. Hay que ser firme cuando se producen violaciones del derecho internacional, de la Carta de las Naciones Unidas o de las reglas previamente acordadas. A la vez, hay una obligación clara por parte de las autoridades europeas, y esto forma parte de las responsabilidades que me tocan, de competencia, de ser muy transparentes y muy firmes con respecto al empleo de ayudas de Estado de subsidios. Nosotros a nuestra industria le exigimos un alto nivel de protección de los trabajadores, no estamos dispuestos a asumir condiciones laborales que no sean dignas o no bien remuneradas, y un alto nivel de protección socioambiental. Y si las industrias cumplen, es muy importante ver que quien tenga interés en participar en nuestro mercado cuente con un régimen que permita asegurar que cumple con las mismas reglas. Con China hay que seguir hablando, hay que entenderse en todos los campos, pero también hay que ser firmes cuando toca.
Burocracia No tiene sentido aprovechar el contexto económico para aparcar la agenda verde”Recientemente han impuesto multas de 500 y 200 millones a Apple y Meta. ¿Son suficientes estas cantidades para frenar esta nueva oligarquía digital? ¿Hubo la tentación de retrasarlas para no enfadar a Trump?
Estamos hablando de la aplicación de una legislación nueva, la directiva que regula el buen funcionamiento de los mercados digitales, que se adopta precisamente porque solo con multas a los comportamientos contrarios al buen funcionamiento del mercado no conseguíamos corregirlos. Pagaban la multa, por muy cuantiosa que fuera, pero no hacían cambios en su modelo de negocio. Así que decidimos hacerlo al revés. Adoptar una regulación que permitiera decir de antemano cuáles eran las cosas que se podían hacer y las cosas que no se podían hacer y que tenían que respetar. Y este es el cambio más importante en relación con el mercado digital, precisamente para asegurar que no se producen esas elevadísimas concentraciones de mercado. Es la realidad económica de hoy, y reduce la posibilidad de que nuevos operadores ofrezcan productos innovadores o que los consumidores tengamos la posibilidad de elegir entre distintas opciones. Esta regulación tiene poco más de un año de aplicación y puede sancionar comportamientos durante no más de este año. Hemos hecho varias cosas.
Socios comerciales “Con China hay que seguir hablando, pero también ser firmes cuando toca”¿Cuáles destacaría?
Primera, hemos identificado cómo se han producido ya mejoras. Por ejemplo, la posibilidad de eliminar uno de los navegadores que te venía de serie y poder optar por otro navegador que ha facilitado que otros navegadores que tenían menor cuota de mercado estén mucho más presentes. Ya no estás vinculado al navegador que te ofrece o que te propone Apple cuando compras un iPhone. ¿Qué pasa? Que ha habido dos supuestos donde pensamos que se estaba cometiendo una infracción y hemos llegado a acumular suficientes pruebas como para poder sancionar. Pero hay una segunda parte que es muy importante para evitar esa preocupación que pone de manifiesto: se da un plazo para cumplir. Si pasado ese plazo no han cumplido, lo que ocurrirá es que los servicios de competencia podrán imponer multas coercitivas diarias por cada día de incumplimiento que se siga manteniendo esa situación. Es decir, hay un claro incentivo al cumplimiento.
La financiación “Me ha sorprendido la valoración de las ayudas a dos plantas nucleares belgas”La Comisión Europea quiere reducir la burocracia para que las empresas ganen competitividad y ha rebajado las obligaciones medioambientales. Dieron más tiempo a la industria del automóvil para cumplir con los límites de emisiones. ¿Teme por la agenda verde?
En el mandato anterior se consiguió una cosa importantísima, que es tener claros cuáles son los objetivos y un horizonte compartido sobre dónde queremos llegar. En este mandato nuestra obligación es profundizar en una transformación muy importante de la economía y que encontremos el camino para que esos objetivos sean asequibles. Esto es, yo diría, una reestructuración importante de muchas piezas. Es verdad que por el camino hemos identificado varias cosas. Uno, si se puede simplificar, mejor. Lo que no es aceptable es la pretensión de algunos, no de hacerlo fácil, sino de olvidarnos de los objetivos compartidos. Pensar en un uso inteligente de la energía y que además sea limpia para que no nos genere problemas no es ideológico, es inteligente, es un factor de competitividad, como antes señalaba con el coche eléctrico, que fue objeto de atención de la industria china desde hace 15 años ya y que nos lleva, por tanto, unos cuantos años de adelanto. Nuestra obligación es hacerlo sencillo. ¿Que puede haber personas que quieran aprovechar un contexto complejo como el que vivimos para aparcar la agenda? Seguro. ¿Tiene sentido? Ninguno. Nos encontraríamos a la vuelta de la esquina con que ya no hemos invertido en generar oportunidades, sino que no nos queda más remedio que afrontar los costes. Eso es intocable.
Todavía se están investigando las causas del apagón ibérico. ¿Fue culpa de las renovables?
Es una situación que ha sido muy impactante para todos y de la que seguro que extraemos lecciones una vez hayamos entendido exactamente qué ha pasado, y que además confirma algo en lo que veníamos trabajando desde hace mucho tiempo. Necesitamos más interconexiones porque se hubiera diluido esa oscilación, pero también nos hubiera permitido una recuperación más rápida. Necesitamos más inversión en red, no solamente en extensión de red, sino también en funcionamiento inteligente de esas redes y capacidad de operación de esas redes. De hecho, cuando yo llegué al Gobierno en el año 2018, Red Eléctrica invertía alrededor de 400 millones de euros a año. Hoy, invierte 1.400 millones de euros a año. Tenemos que seguir apostando por más interconexión, mejor capacidad de gestión de red y más almacenamiento, porque el sistema es diferente. Y eso es lo que España estaba haciendo y lo que ha de seguir haciendo.
Multas a Apple y Meta “Los gigantes digitales tienen incentivos para cumplir con las reglas de la UE”¿España debe alargar la vida de las centrales nucleares?
Mi opinión personal es irrelevante. Creo que hay que ser muy consciente de que, evidentemente, el sistema hay que construirlo con plenas garantías para la capacidad de contar con electricidad y un uso eficiente. Hay que ver si se necesita mantener, si el mantenimiento supone inversiones y quién las cubre. Me ha sorprendido la facilidad con la que se valora de forma un poco extraña las decisiones que se toman en materia de ayudas de Estado al mantenimiento de dos plantas nucleares en Bélgica, que es lo que se ha resuelto en estos meses. Dos reactores nucleares cuya extensión de vida útil solamente ha sido posible por un apoyo de dinero público del Gobierno belga, equivalente a 32.000 millones de euros, dado que en esa extensión de vida útil hay muchos aspectos vinculados al riesgo, al coste financiero de la operación, que el gestor de esas planta no estaba dispuesto a asumir si no era con un apoyo implícito muy importante del Gobierno belga.
Pero en España...
En el caso de España, la pregunta es: ¿qué es lo que se está proponiendo? ¿Extender la vida útil o que el consumidor pague qué? ¿20.000, 30.000, 40.000 millones? Hay que ser cuidadosos con cómo se plantean las cosas. Es como un coche viejo en perfecto estado, que puede seguir funcionando mucho tiempo o puede requerir, porque da sorpresas, inversiones que en un determinado momento son más de las que pensábamos que son razonables para la capacidad de producción que tiene. Ampliar la vida de una central nuclear es algo que se propone por parte del titular de esa central, si considera que es algo rentable, que hay demanda y que lo pueda cubrir. Y evidentemente, con condiciones de seguridad.
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